Actualización de causales para finalizar un contrato de trabajo de personas en situación de discapacidad
Últimamente, se ha podido evidenciar a través de sentencias dela Sala Laboral de la Corte Suprema de Justicia que no se otorga fácilmente la protección de estabilidad laboral reforzada a cualquier trabajador que al momento de la finalización del vínculo laboral manifieste un quebranto de salud, sino que exige su acreditación; lo anterior, al menos demostrando una limitación física, psíquica o sensorial a mediano plazo que conlleve una desviación significativa o una pérdida, que al interactuar con diversas barreras, frustre o entorpezca la integración plena y efectiva de la persona en el ámbito laboral en igualdad con los demás trabajadores.
Ahora bien, muchas posiciones se han tenido alrededor del denominado “fuero de salud”, y sobre todo se han alcanzado extremos altamente proteccionistas, los cuales han llegado a considerar con estabilidad reforzada a trabajadores con afecciones y patologías de carácter temporal, desdibujándose así la esencia de esta protección excepcional.
A pesar de lo anterior, la Corte Suprema de Justicia ha trabajado para aplicar esta garantía únicamente a las situaciones que le dieron existencia y fundamento,, y es así como mediante la reciente Sentencia SL 1817 del 2023, el órgano de cierre sigue reduciendo el ámbito de aplicación de la estabilidad laboral reforzada, determinando que, aun cuando se logre probar que un trabajador sí estaba afectado por una deficiencia mental y/o intelectual a mediano plazo, de la cual tenía pleno conocimiento el empleador, se puede entender como causal que habilita la terminación del contrato de una persona en situación de discapacidad, en el entendido que no se logren hacer los ajustes razonables para procurar la integración al trabajo de dicho colaborador, por ser una carga desproporcionada e irrazonable, configurándose así la excepción de “inexistencia de presupuestos necesarios para predicarse una estabilidad laboral reforzada”.
En el caso concreto, un jugador profesional de futbol sufrió un accidente de tránsito que le causó un trauma craneoencefálico, y por tanto, contaba con los presupuestos de la estabilidad laboral reforzada, sin embargo, no resultaba posible obligar al Club a conservar dentro de su nómina como jugador al demandante, puesto que un jugador de futbol además de tener un alto rendimiento, debe contar con la coordinación neuromotora, la motricidad gruesa y fina definidas, no solo para ejecutar movimientos, sino para interactuar y tomar decisiones que en el campo de juego son determinantes para lograr los resultados esperados, y en ese sentido a pesar de que se tomen medidas para promover su continuidad laboral, resulta desproporcionado e irrazonable el requisito de acondicionamiento de su puesto de trabajo evitando una terminación de la relación laboral a toda costa, pues se configura una imposibilidad material de hacerlo que genera a su vez la falta de concurrencia de los presupuestos necesarios para cubrir a este trabajador con el amparo reforzado ya mencionado.