Es muy difícil de entender que hoy en día todavía exista el comercio de seres humanos, es triste siquiera nombrarlo, desafortunadamente si pasa. Es un delito brevemente nombrado en el ámbito empresarial, pero hace parte de los delitos fuente del lavado de activos y es mucho más rentable que la venta de drogas ilícitas.
La trata de personas consiste en trasladar seres humanos de un lugar a otro dentro de las fronteras de un mismo país o hacia el exterior, aprovechando su condición de vulnerabilidad para infringir sus derechos humanos y someterlos a diferentes vejámenes como es la explotación sexual, trabajos forzosos, mendicidad, esclavitud, condiciones indignas y transgresoras, con el propósito de que las organizaciones criminales o incluso personas naturales obtengan un beneficio económico y esto es generado debido a individuos que cruelmente pagan porque disfrutan con el dolor de los más desprotegidos, que son menores de edad, mujeres, inmigrantes, desplazados, personas en condiciones endebles y de miseria
Según cifras emitidas por la UNODC, en el año 2016 las víctimas de trata de personas conocidas ascendían a 24.000, este es el resultado de un análisis de la UNODC de 97 de los 194 países del mundo, una cifra que ha aumentado desde 2003, año en el que solo pudo acceder a 39 países. Además, se estima que hay 20 millones de víctimas sin identificar. Las víctimas son utilizadas principalmente para la explotación sexual y no existe solo un rango de edad, las víctimas son niñas, niños, mujeres e incluso hombres en menor cantidad, no obstante, el 30% son menores de edad. En España, según cifras del Ministerio del interior de este país, la nacionalidad de las víctimas de explotación sexual es principalmente colombiana.
A pesar de que en el 90% de los países está tipificado como un delito y existe regulación que rechaza y castiga con contundencia la trata de personas, los esfuerzos no son suficientes. ONG´s internacionales como Fundación Plan, Save the Children y UNICEF se enfocan en crear entornos seguros para los menores de edad y evitar que sean presas fáciles para los criminales; sin embargo, también como empresas del sector real tenemos grandes responsabilidades y podemos aportar en la lucha contra la trata de personas; considero que nuestro aporte debe encaminarse en fortalecer nuestros sistemas de detección de señales de alerta de LA/FT, fortalecer nuestras bases de datos y analizar comportamientos transaccionales que en lo posible estén alineados con la información suministrada por las autoridades competentes, de cómo operan estas organizaciones criminales. Así mismo, contribuir con el reporte de operaciones sospechosas oportuno y así ayudar a rastrear posibles lavados de dinero, en la misma línea, requerir buenas prácticas de control de la trata de personas a todas las partes interesadas y en especial de aquellas que puedan ser susceptibles a estos delitos, como son los hoteles, agencias de viajes, empresas que prometan ayudas para salir del país, entre otras actividades relacionadas. La invitación es para las empresas a reportar las operaciones sospechosas lo antes posible a la UIAF, pues estos reportes pueden convertirse en información determinante para la lucha contra la trata de personas.
Mónica Andrea Monroy Arias
Compliance and Risk Director
Referencias
https://www.epdata.es/datos/trata-personas-mundo-datos-graficos/427